a dios de mí
las muchachas
sumergidas en la espera
haciéndose de filo
en cada cielo de muelle
se marchitan
se vuelven salitre y polvo
una estampida de dolor
la cana y el sorbo de amargura
la neblina la viven cada más nítida
paradas sobre su concha
repiten el rem
y
yo
sola
quiero estar despierta
no dormí
icé las pestañas al milagro
a la exploración
no a la guardia
eso las piedras
gráciles, sí
pero sujetas, más allá de lo grávido
lloré al venir
sus lajas en el andar me conducen:
no esperarás a nadie
a ningún hombre
no en el mar
revísate porque estás completa
en tus bolsillos tienes las diásporas
los lirios
tu cuerpa ciñe cada aurora
de la lágrima jamás extrañarás ni el sabor
desde hoy, estás despierta
bañada del río
y
de rubí
su música de bienvenida es instantánea
caen los goznes
abro
los pendones en dónde yacen los puentes
qué derrumbas
Despide para siempre al sueño
no volverá el estupor
tus labios
de llanto entre las plantas
cabalgan la sabana marchita
tus ojos benditos son testigos
de la transfiguración del poema
de su vuelo desde la eternidad al canto
Habla
esta aura boscosa sin título
con el ocre saliendo de sus brazos
caigo en la nafta
de lo mordaz y la entropía
es decir yo
que no espero a nadie
en el plañir
ni la vigía
Acentúo con mi avidez su perfume
su olor a cielo es la oquedad donde grito
LUCIÉRNAGA
mi lengua se vuelve cristal
y al derretirse
convierte todo su alrededor en músculo
no basta el espíritu, hay que ser absoluto
desgarrarnos
hacernos míticxs y cielo
mezclar la gravidez con el néctar
el fuego eterno
la cabeza de aquella emanación
qué música
qué bendecida locura
necesito no precisar
la lunación de mí cuerpa
dejar de decir ayer
esto en la inmersión te delató
¿cuánta totalidad te acribilla?
adiós de mí
olvídate de esperar en el mar
todo en ti, lo anacoreta, lo descubrirás en fragancia
Follame please
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